La historia de Sega Konté
Este es Sega Konté. Sorprendido por las cámaras se acerca a nosotros al mismo tiempo que el resto del grupo huye. Son compañeros de viaje con los que pasa el día y la noche en Irún, con los que desayuna en la plaza, con los que come y cena en un albergue cercano.
"En français?", espeta. Con un francés de colegio y con la colaboración de alguno de sus compañeros de viaje conseguimos entablar una conversación con él.
Sega Konté -así lo escribe en la libreta con la que intentamos captar sus palabras- es un migrante subsahariano, concretamente de Mali, nos cuenta su lucha en el exilio: "Llevo solo tres días aquí en Irún, estoy solo. No conozco al resto de los chicos. Dormimos en..." "Martindozenea", ayuda otro de los migrantes por detrás. Martindozenea es uno de los pocos lugares habilitados para la emergencia que afecta al municipio, un albergue con 60 plazas.
Sega Konté lleva 3 días en este pueblo fronterizo, aunque aún no sabe cuándo intentará pasar, pues su destino, como explica, es ''La France''. Cuenta que su familia quedó atrás hace unas semanas. "He pasado por Madrid antes de llegar aquí", señala. Probablemente, como indican algunas fuentes cercanas a los migrantes, como el gaztetxe de Lakaxita, enviado en un autobús asistido por Cruz Roja.
El joven migrante lleva en territorio español 10 días, 10 días de travesía desde la costa sur. Aún no ha intentado cruzar la frontera ni una sola vez, explica Konté con evidentes señales de miedo.
No quiere dar detalles de por qué ha huido de Mali, pero repite que aunque su destino es Francia, allí no le espera nadie: "Al otro lado no me espera nadie, ni familiares ni amigos ni siquiera conocidos".
