
Una crónica y un wakelete interactivo
Periodistas hambrientos
Una sala repleta de futuros comunicadores aplaudiendo al presente
BARCENILLA, Luis Miguel
A las nueve y diez de la mañana, con retraso, arrancaba el análisis más crítico, incisivo, nutritivo y esperanzador del periodismo. A un lado, el presente del periodismo: la docencia y la pedagogía, al otro, el futuro del periodismo –ciberperiodismo, con perdón–.
La mezcolanza de generaciones otorgaba la sensación de que el periodismo sigue vivo y, además, sigue joven y goza de buena salud. Los analistas y profesionales que se acercaban al micrófono lanzaban todo tipo de mensajes optimistas a los aún cigotos de la profesión que escuchaban: "Vivimos en la mejor de las eras de la comunicación porque tenemos las mejores herramientas".
Los ponentes trasladaron la idea de buscar nuevos caminos, nuevas métricas y nuevas estrategias redaccionales. Exigían entender el cambio, el salto, la transformación, la evolución. "Ahora el periodista no sólo ejerce de periodista", pues han surgido nuevos desempeños del ámbito como el creador de contenidos online, el community manager o el editor social media. Esta idea se traduce en que la curiosidad y la labor hacen al periodista, periodista no se nace, se hace. Hay que aceptar la llegada de la cuarta revolución, la digital.
La sala, repleta de periodistas en flor, hambrientos y curiosos, atendían a los mensajes a veces fríos y analíticos, otras cercanos y cálidos: "Me aburren los contenidos digitales". Así se sinceraba Denis Renó, que a su vez aceptaba la idea de renovarse o perecer.